La mañana siguiente, Bai Yi echó de la casa a Lin Fan después de desayunar. Lo extraño en ese momento, es que en vez de que Lin Fan comenzara a manejar su coche, ambos se fueron en una bicicleta eléctrica. Mientras andaban en bicicleta, Bai Yi podía sentir la fresca brisa acariciando su pelo. Especialmente desde que ella se sentó detrás de él, Bai Yi pudo oler como brotaba la masculinidad de Lin Fan, por ello su bello rostro se sonrojó y no pudo evitar abrazarlo.
—¡Lin Fan, vamos al Century Shopping Mall! —dijo ella.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread