Había adivinado bien. Ya que la píldora de resurrección estaba en el mercado, Qi Siyuan no sería tan estúpido de comprar la receta. Estaba planeando acabar con las ventas de Bai Group o incluso destruir a la compañía.
Si eso pasara, la mina de oro que era la píldora de resurrección sería monopolizada por ellos. Entonces, incluso si le vendieran la píldora a cientos de miles, doscientos mil o incluso un millón, los pacientes seguirían comprándoles incluso si se quedaban sin dinero. Sin embargo, no esperaban que Bai Yi se diera cuenta de su plan y los expusiera tan pronto.
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