Él vio su perfil y le preguntó:
—¿Eres de China? —En el momento en que él habló en chino, ella tuvo una leve esperanza. Después de haber asentido con su cabeza, pasó algo que ella jamás podría olvidar—. Porque eres china, no morirás. —Le dijo tranquilo ese hombre de camisa negra.
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