Al escucharlo, todos se quedaron atónitos y se veían estupefactos, como si estuvieran impactados. El silencio reinó de inmediato en la sala. «¿Estoy alucinando?». Poco después, se rieron a carcajadas como si hubieran escuchado una broma y casi todos miraron a Lin Fan con desprecio; pensaban que miraban a un imbécil. Huo Dongying prorrumpió en carcajadas y estaba bastante divertido.
—Lin Fan, ¿quién te crees que eres? ¿Piensas que nos iremos solo porque tú nos lo pides?
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