—¡General Bai Hu, nos volvemos a enfrentar!
Justo en ese momento, se escuchó una frase en chino mal pronunciada que provenía del japonés que estaba delante de ellos. Sin embargo, para sorpresa de todos, Sasaki Ichirou era muy pequeño. Era un enano que no llegaba al metro y medio de altura. Con la espada tachi [N. del T.: espada japonesa curvada y larga] en la mano, daba un aspecto bastante extraño, al punto de resultar cómico.
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