Capítulo 446 Las cenizas de Camila
Mientras estaba en Siria, en los últimos dos días, recibí mensajes de Camilo. Me informaba que se habían robado el cuerpo de Camila y no podía encontrarlo.
Me levanté y la primera orden del día fue llamarlo a Gabriel. —Estoy en el hospital. Ven a verme y acompáñame a la comisaría. Gabriel, a quien siempre convoqué, me dejó perpleja con su respuesta. —Discúlpeme, Presidenta Esquivel. Estoy en un viaje de trabajo repentino. No llego a tiempo para volver a Bristonia. ¿Puedo mandarle a otro asistente para que vaya en mi lugar?
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread