La lengua ensangrentada cayó al suelo y Zhou Junyu pagó el precio por haber dicho tonterías. Al verlo, Zhou Botong apretó los dientes y una fuerte sensación de resentimiento se reflejó en su mirada; quería hacer pedazos a Lin Fan. No obstante, sabía que no podía tener un arrebato en ese momento, así que solo les dio una orden a sus hombres.
—Lleven a Zhou Junyu al doctor. —Luego, se volvió hacia Lin Fan y dijo con desdén—: Señor Lin, tengo unos asuntos que atender, así que me retiraré. —Al ver que no le prestó atención, Zhou Botong se marchó con expresión de amargura.
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