No fue necesario decir que alguien por fin había dado una dolorosa lección al pervertido de Song Donglin, quien coqueteaba con mujeres por todas partes. Miao Qiaowei también conocía el carácter de su hija; le gustaba hacer un gran espectáculo y gritaba o golpeaba a la gente. Al parecer, también había recibido una lección. Como era de esperarse, Miao Qiaowei estaba frustrado; estaba a punto de perder su trabajo y, además, esos dos idiotas le generaban problemas.
—Será mejor que te apresures, padre, o pronto golpearán a Cuiyun hasta matarla —mintió Son Donglin.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread