En ese momento, Lin Tianxun también empezó a sentirse inquieto. La lucha no era tan simple como Liu Feifan decía. Ya había hecho cien movimientos y se pudo defender de todos. Pero Liu Feifan todavía no podía dañarlo en lo más mínimo y eso hizo que se enoje mucho.
—¡Es imposible! ¡Acabas de usar mucha fuerza! ¿Cómo puedes tener todavía tanta energía?
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