«¡Estás acabado! ¡Serás olvidado para siempre!» Tras escuchar esas palabras, Zheng Hao aflojó la palma de la mano y, de inmediato, su teléfono cayó al suelo. Él parecía inconsciente; tenía un aspecto muy pálido, como si hubiera perdido su alma.
—¡S…se acabó! ¿Cómo pasó esto? ¿Cómo ha podido pasar esto?
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