Justo cuando se escucharon esas dos voces estruendosas, la expresión de todos cambió; era un sonido aterrador. Sintieron el terrorífico poder que contenían, como si pudieran espantar sus almas de sus cuerpos mortales. Esas voces eran nada menos que de Leng Aotian y He Lanshan. Después de la conmoción momentánea, Lin Guangyao, Leng Bufan y He Jiaojiao se alegraron de inmediato.
—¡Están aquí! Por fin llegaron los dos grandes maestros. ¡Lin Fan está acabado!
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