¡Vaya broma! A los ojos de Zhu Ru y su marido, Lin Fan estaba quedando realmente como un payaso. ¿Qué valor podía tener un cuadro de un hombre común y corriente? Además, Lin Fan iba a darle su cuadro a Shen Yuzhi como regalo de cumpleaños y como muestra de agradecimiento por haber cuidado de su mujer. Esto hacía que su comportamiento pareciera aún más estúpido. No sólo Zhu Ru y su marido se sintieron así; incluso Shen Yuzhi y Zhu Zhide no pudieron evitar mirarse el uno al otro y sin palabras. Era evidente que ninguno de los dos creía que el cuadro de Lin Fan pudiera ser valioso.
En cuanto a Bai Yi, estaba tan avergonzada y molesta con Lin Fan que su rostro enrojeció. En ese momento, quiso darse vuelta y salir corriendo.
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