Suspiró. «¿No es solo un teléfono?» Mirando su celular, Lin Fan no pudo evitar sacudir su cabeza despreocupado. Por lo que había oído, muchos fanáticos de dispositivos electrónicos buscaban frenéticamente el paradero de ese celular. Incluso estaban dispuestos a hacer seguimiento de la torre de señal diligentemente cada segundo de cada minuto de cada día. Al usar la señal de la torre como base, intentaban localizar el teléfono diabólico. La idea de poder echarle un vistazo al teléfono haría que todo ello valiera la pena.
—¡Qué desperdicio! Solo he utilizado este celular para enviarle mensajes a algunas muchachas en estos tres años. El teléfono diabólico ha perdido su valor al tenerme como su dueño.
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