En ese momento, el silencio del Dōjō del Lobo se volvió sofocante y opresivo. A los luchadores clandestinos y los espectadores les latía el corazón muy rápido. Nunca habrían imaginado que Lin Fan fuera un cordero, pero ¿un lobo feroz disfrazado de cordero? Se comenzaron a escuchar ruidos de pisadas; una y otra vez. Al ver el cuerpo del maestro Ba doblado, los luchadores clandestinos se pusieron tan nerviosos que comenzó a caerles sudor por la frente; en cuanto a los demás espectadores, no se atrevían a mirar a Lin Fan.
—Maestro Lang, ¡no permita que este muchacho lo intimide! ¡Esto es tan solo un engaño!
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