Capítulo 1895 El calvario llego

—¡Suéltame! ¡Suéltame ahora mismo! —Francisca luchó furiosa—. ¡Me estás secuestrando y encarcelando, Danrique! Esto es ilegal. Danrique la ignoró y la ató al asiento antes de ordenar a su subordinado que condujera y así el guardaespaldas se alejó a toda velocidad, de pronto los transeúntes que vieron lo acontecido se quedaron sorprendidos, mientras que los ojos de Eva se abrieron de par en par con incredulidad y desconcierto.