Capítulo 34 La más grande convenenciera
—¿Tenemos que esperar a que quede lastimado de gravedad? —replicó Selene.
—Ya que cada uno tiene su propia versión de la historia, ¿por qué no revisamos las imágenes de seguridad? —Adriana se levantó—. El aula está por completo vigilada por cámaras de seguridad. ¿No podríamos saber la verdad una vez que las revisemos?
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