Capítulo 840 Una fuerza para tener en cuenta
Al ver que todos se habían ido, Adriana salió de su escondite. Contemplando las siluetas de los dos niños que se marchaban, sus ojos se llenaron de incertidumbre.
Tanto Guadalupe como Mercedes, que estaban escondidas en el hueco de la escalera de arriba, salieron con torpeza. La miraron cautelosas, sin saber qué decir.
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