Capítulo 2295 Sin ganas de vivir
Una expresión de conflicto cruzó el rostro de Danrique. Había oído a Francisca mencionar que, aunque a Uriel y a Laila les gustaba pelearse como perros y gatos, en realidad habían pasado juntos por situaciones de vida o muerte desde que eran jóvenes. Habían compartido penas y alegrías y habían estado muy unidos.
Tras el fallecimiento de Laila era bastante probable que Uriel no tuviera ganas de vivir. Seguro se había dado cuenta de que el presidente no había muerto por el disparo y le preocupaba no tener otra oportunidad luego de que lo atraparan. De ahí que estuviera dispuesto a precipitarse y disparar de nuevo, aunque eso significara arriesgar su vida.
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