Capítulo 105 Casi me mata
—Me alegra aceptar este acto tan amable del Señor Licano. —El Señor Macías tomó la taza de café sonriendo y se la bebió de un trago.
Adriana se quedó boquiabierta. De hecho, quería decirle al anciano que no podía beberlo porque había un chip en el café. No obstante, las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta, y ella ni siquiera pudo pronunciar una palabra.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread