Capítulo 288 Permíteme ayudar
—¡Me pisó la mano sin pensarlo dos veces! ¡Había pedazos de cristales destrozados por todas partes en el suelo! Yo... —No pudo terminar la frase porque empezó a moquear de manera convulsiva.
—¡Deja de buscar excusas para justificar tu descuido! —La Señorita Dorantes regañó a la mujer y le advirtió—: Pase lo que pase, el espectáculo tiene que continuar porque los invitados son peces gordos de la alta sociedad y del mundo empresarial. Si no se te ocurre algo para entonces, no podrás seguir en la industria.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread