Capítulo 373 A regañadientes
Sin embargo, Dante ignoró a Adriana y miró en silencio fuera de la ventana. Era como si lo que ella pensara no significaba nada para él.
Su desinterés por lo que dijo hizo que Adriana se agitase aún más. Sus cejas se fruncieron mientras se imaginaba que era una mala idea entrar en una discusión sin fin con el hombre que estaba frente a ella.
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