Capítulo 149 El todopoderoso Señor Licano
El Señor Macías cerró los ojos y se bebió la pequeña botella de un tirón. Adriana le trajo con rapidez agua tibia para que se enjuagara la boca.
»¿Qué demonios es esto? ¡Es amargo, maloliente y astringente! —El sabor de la solución hizo que el Señor Macías frunciera el ceño con una expresión facial torcida.
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