Capítulo 377 Ofendido sin saberlo
Cuando llegaron a la oficina del Presidente, Lucy le dijo a Adriana que la habían trasladado a otra oficina. A partir de ese día, Adriana ya no trabajaba en el mostrador de recepción. Su nuevo trabajo era en la oficina de archivos, donde se encargaba de imprimir y archivar. Adriana llevaba ya un tiempo en la empresa. Por lo tanto, sabía que tanto su nuevo trabajo, como su antiguo trabajo se encontraban en la parte inferior de la jerarquía, en el piso 68. Ser recepcionista no estaba tan mal, ya que podía ver a Dante y a todos los demás ejecutivos todos los días. Si su rendimiento era notable, o si se encontraba con un Gerente o un Director que estuviera de buen humor, existía la posibilidad de que la ascendieran. Sin embargo, no se podía decir lo mismo de la oficina de archivos. Trabajar allí significaba un aislamiento total del exterior. Adriana se encerraría todos los días en una pequeña sala, esperando a que se imprimieran los correos electrónicos de las secretarias. Después, los clasificaría y lo tendría que enviar a las partes correspondientes. No había forma de que brillara, ni de que se equivocara. Las posibilidades de ascenso eran abismales. Adriana comprendió que no le había ido muy bien, así que era de esperar un traslado. Por lo tanto, recogió sus cosas y se dirigió directo a la oficina de archivos sin hacer ruido. Allí estaban tres Señoras trabajando. Estaban pendientes del teléfono cuando no tenían trabajo, pero se ponían a trabajar de inmediato en cuanto llegaban las tareas. Al ver a Adriana, una de las Señoras se quejó.
—La chica con influencias está aquí. ¡Argh! ¡es tan molesta!
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