Capítulo 1427 Una ocasión alegre
Tres días después, Dante ya no era un paciente indefenso. Podía dedicar unas horas al día a resolver los asuntos pertinentes que requerían su atención. Elina le dijo a Renata que estaba bien que Dante consumiera todo lo que deseara. Sin embargo, no debía cansarse ni hacerse daño de nuevo.
Entusiasmado por la gran noticia, Dante ordenó a Hanna que preparara las cosas que se le antojaron desde el día en que recuperó la conciencia. Sin pensarlo dos veces, Hanna ordenó a las sirvientas que prepararan los ingredientes para el festín con el que celebrar la feliz ocasión.
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