Capítulo 2221 Precio a pagar
El corazón de Francisca se llenó de felicidad al ver el rostro de la persona. Sin dudarlo, abrió la puerta del auto y salió de él.
—Oiga, Señorita Figueroa. El auto todavía no se detiene… —El subordinado frenó el vehículo con rapidez mientras hablaba.
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