Capítulo 693 ¿Está coqueteando conmigo?

Por supuesto que no quería cambiar de casa. Quería estar lo más cerca posible de Adriana. Una sonrisa aún más seductora apareció en los labios de Dante. Se dio la vuelta y entró directo en la villa. El Señor Portillo no se atrevió a cuestionar su decisión ni a hacer más preguntas. No tuvo más remedio que mantener la boca cerrada y seguir haciendo los preparativos para Dante. El dormitorio principal de la villa era enorme. Los últimos rayos de la tarde se colaban por las ventanas hasta el suelo y se acumulaban en una mancha dorada en el suelo. Dante se quitó la chaqueta del traje y se desabrochó la sofocante camisa. Con una copa de vino, se dirigió al balcón y se sentó en el sillón reclinable blanco como el mármol. Entrecerrando los ojos a la luz del sol, se volteó para mirar el balcón de la casa contigua. Casi de inmediato, la puerta del balcón se abrió y salió una persona de aspecto familiar. La mujer estaba descalza y llevaba el cabello por los hombros. Con un vestido de seda largo y vaporoso, parecía relajada y descuidada a la vez. Sin su fachada distante y arrogante, se parecía más a la inocente y sencilla Adriana del pasado. —No esperaba verlo aquí, Señor Licano.