Capítulo 384 Permitir que se quede a su lado
Fabián se detuvo en seco y saludó a Hernán de forma rápida. Una sonrisa de satisfacción iluminó el rostro de Hernán mientras llegaba cojeando con su bastón. Tras verlo, Tulio y Sonia se apresuraron para ayudarlo a entrar. Mientras tanto, el nieto de Hernán, Dante, se sentó en el escenario y miró con frialdad al anciano. Detrás de Hernán estaban Bruno y dos de sus guardaespaldas. Bruno entró cabizbajo, con la mirada fija en el suelo. Sergio esbozó una cálida sonrisa.
—Señor Dante, no se enoje. Bruno no es rival para mí.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread