Capítulo 31 Renuncio
»Señor Ferrera, tenemos que irnos porque aún tenemos una reunión a la una —le recordó de nuevo el guardaespaldas.
Héctor echó otra mirada a Adriana antes de pasar junto a ella y marcharse. No dijo ni una palabra en todo el tiempo. De pie, Adriana escuchó los pasos de Héctor mientras se marchaba. Su corazón se sentía como un trozo de cristal que se rompe en pedazos.
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