Capítulo 185 Amarte es mi condena: una noticia importante
—¡Se movió! —exclamó Majo, miró su vientre y luego alzó su rostro y sus ojos se cruzaron con los de Salvador, agarró la mano de él y la colocó en su estómago.
—No siento nada —reclamó él, esperó unos segundos y de pronto sintió aquellos suaves movimientos, la mirada se le iluminó—. Tienes razón, ya está haciéndose notar —expresó emocionado. —¿Te duele?
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