Capítulo 158 Amarte es mi condena: ¡daré con los culpables!
Majo sintió una opresión en el pecho, se quedó sin aliento por milésimas de segundos, y luego su corazón empezó a latir a prisa, sintió un escalofrío, como si un mal presentimiento le recorriera la piel.
Facundo el hombre que se quedó a cargo, fiel a su patrón no había hablado, y ella no podía sentirse tranquila con esa sensación de incertidumbre.
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