Capítulo 4 ¿Tu papá se llama miguel?

La suave voz de una niña pequeña se coló por los oídos de Juan Miguel, se hallaba de rodillas, con la mano en el estómago, entonces alzó su cara, y miró ese tierno rostro. Dafne era una mini copia de Luciana cuando era niña, tenía su mismo color de piel, sus facciones suaves, su cabello color chocolate, solo el color de sus ojos era distinto, la pequeña los tenía azules como su papá; sin embargo, la mente del hombre aún no tenía claridad. Dafne parpadeó al mirar a aquel señor, sintió una extraña sensación, pero no fue temor, sino algo diferente, él la observaba con dulzura, ella lo contempló atenta, y luego arrugó el ceño. —Usted se parece mucho a mi hermano —comunicó. Miguel se sentía aturdido, necesitaba tomar su medicamento, veía borroso, todo empezaba a dar vueltas a su alrededor, la voz de la niña se le hizo lejana. —¿Se siente mal? —preguntó la chiquilla, abriendo sus ojos, de par en par. —¿Está herido? —indagó Mike, al llegar corriendo agitado. —No veo sangre a su alrededor, pero no se ve bien. ¿Qué hacemos? —averiguó Dafne, mirando a su hermano, con expresión de angustia. —Voy a tomarle el pulso —dijo el niño, agarró la mano del hombre y el pequeño sintió un cosquilleo. Juan Miguel tenía la cabeza inclinada, cuando percibió esa suave mano tocar la suya, su corazón se agitó y no supo el motivo, pensó que empezaba a tener taquicardia, debido a lo sucedido. —Tiene el pulso muy acelerado —comunicó Mike—, debemos llamar al 911. —Solo necesito agua —susurró Juan Miguel—, tengo mi medicamento en el bolsillo de mi chaqueta, requiero descansar un poco. —¿Puede ponerse de pie? —averiguó Dafne. —No podemos meter extraños a la casa, mamá se va a enojar —rebatió Mike. —Pero el señor necesita ayuda. —Dafne observó a Juan Miguel con ternura, sin imaginar que estaba frente a su papá—, mamá también dice que debemos ayudar a los necesitados. Mike resopló, se quedó pensativo, miró al hombre, y sintió pesar por él. —Póngase de pie, por favor, tiene que ayudarnos, nosotros somos pequeños. Miguel asintió, como pudo y con la ayuda de esas pequeñas manitas, se levantó, caminando suave, llegó a casa de los niños. —No haga ruido, que, si doña Caridad se despierta, vamos a tener problemas —suplicó Dafne. Juan Miguel asintió, por suerte la anciana dormía como piedra, no había poder en el mundo que la despertara de su siesta que duraba siempre como tres horas. Los niños llevaron a su papá a su habitación, lo ayudaron a acostarse, le sirvieron el vaso con agua, y hasta sacaron el medicamento de la chaqueta y esperaron que se lo tomara. Miguel empezó a sentir alivio, cerró sus ojos se quedó dormido. —¿Qué vamos a hacer si el señor no despierta, y mamá llega? —averiguó Mike, mirando a su hermana. Dafne rascó su cabeza. —Le diremos la verdad, pero esperemos que corramos con suerte y no llegue, ese señor nos puede ayudar a bajar la caja que mamá guarda en el closet. Mike asintió, sonrió. —Debemos estar pendiente de doña Caridad —advirtió. **** Luciana entró a un lujoso restaurante en el centro histórico, el lugar era una antigua mansión, que había sido remodelada. Miró las lujosas y enormes lámparas que colgaban a manera de lágrimas desde el techo, las grandes paredes y columnas, así como los arcos que dividían un salón de otro. —¿Desea una mesa? —indagó un amable camarero. Lu negó con su cabeza, sonrió. —Vengo por la entrevista de trabajo, para el puesto de mesera. El muchacho asintió, con su mano le señaló la oficina de admisiones. —Gracias —contestó Lu, y caminó por medio de las mesas, llegó a un pasillo, y tocó a la puerta. —Adelante. —Se escuchó en la voz gruesa de un hombre. Lu se acomodó la blusa, tomó aire, y entró. —Buenas tardes, vengo por la entrevista. El hombre acomodó sus lentes, miró a la hermosa mujer de pies a cabeza. Luciana era alta, esbelta, con curvas bien pronunciadas, piernas largas, su rostro poseía finas facciones, sus labios eran carnosos, además era muy educada, y solía caminar con elegancia, lo aprendió cuando trabajó de escort, y tenía que acompañar a hombres millonarios a eventos exclusivos. —Siéntate —ordenó el hombre, luego de devorarla con los ojos. Luciana ya conocía esas miradas lascivas, estuvo tentada a salir corriendo, pero ese era el tercer lugar que visitaba, en los anteriores ya las plazas habían sido ocupadas. El hombre revisó su curriculum por encima, y sin más le dio el empleo, le pidió que se quedara desde ese instante a laborar, le informó que saldría pasado las diez de la noche, todos los días, el sueldo era más que el básico, además le indicó que las propinas eran buenas y que se repartían entre todos los meseros por partes iguales. Lu aceptó, necesitaba trabajar para mantener a sus hijos, así que se quedó. **** —¡Niños! ¿En dónde están? La voz de doña Caridad sobresaltó a los mellizos, había pasado la hora de su siesta, ambos salieron corriendo de su alcoba, Juan Miguel aún dormía. —Estábamos viendo la televisión —mintió Dafne. —Mi mamá llamó, dijo que le dieron un empleo, y que llegaría tarde, pero que usted ya podía irse a descansar, no tarda en llegar Emi… nuestro papá —avisó Mike. La señora Caridad echó un vistazo a toda la estancia, notó todo en orden, asintió. —Si tienen hambre, recuerden no acercarse a la estufa, calientan en el microondas —advirtió. —Nosotros sabemos bien eso, vaya tranquila —mencionó Dafne, sonrió con ternura. —Bueno chiquitines, no le abren a nadie —avisó, los apuntó con el dedo. —Eso también lo sabemos —contestó Mike. Entonces apenas la señora salió, Dafne echó llave a la cerradura. —Debemos despertar al señor, ya mismo llega Emiliano. —Sí, vamos —dijo Mike. Minutos antes Miguel, ya había abierto los ojos, todo estaba oscuro, no supo ni cuánto tiempo durmió, se sentó en la cama, y ya estaba mucho mejor, pero no sabía en dónde se encontraba, había escuchado voces, pero prefirió quedarse en la habitación, y esperar. Entonces la puerta crujió, y dos pequeñas sombras aparecieron, encendieron las luces. —¡Ya despertó! —exclamó Dafne. Miguel apretó los párpados, la luz lo cegó por segundos, luego fue abriendo los ojos con lentitud, y frente a él aparecieron dos niños, esos tiernos rostros se le hizo familiar, y una sensación de estremecimiento le recorrió la piel. —¿Quiénes son ustedes? —preguntó sin dejar de verlos. —¿En dónde están sus papás? —preguntó con voz suave—. Necesito agradecerles por salvarme la vida. Los niños se miraron entre ellos, y negaron con la cabeza. —Nuestros padres están en el trabajo, los que lo salvamos fuimos nosotros —informó Dafne. Miguel ladeó los labios, sacudió la cabeza, ellos eran apenas unos niños, les calculó unos cinco a seis años. —No, eso no puede ser, ustedes son unas criaturas. —Pero yo escuché cuando esos hombres lo querían secuestrar, estaba escondida detrás del arbusto —explicó Dafne, y le relató todo lo ocurrido. Entonces Miguel empezó a hacer memoria, y recordó que fue esa tierna voz la que le preguntó: si estaba bien. —Tienen razón, disculpen por no creerles, es que son apenas unos niños, pero muy valientes, debo felicitar a sus padres por criarlos de esa forma. —Los observó y sintió una especie de conexión con ellos, miró con atención al niño, y le pareció verse a él cuando tenía esa edad, pero eso era imposible. ¿Cómo unos niños ecuatorianos podían tener algo familiar con él? —¡No! —exclamó Mike—, si nuestros padres se enteran de que lo metimos a casa, y que evitamos su secuestro, no nos van a dejar salir nunca más a la calle, por favor no diga nada. —Juntó sus manitas. Miguel se aclaró la garganta, ese gesto del niño le hizo percibir infinita ternura por ambos. Les sonrió. —Sus padres tienen razón, no pueden arriesgarse, es muy peligroso lo que hicieron, pero les agradezco, ¿qué puedo hacer por ustedes? —Sacó del bolsillo de su chaqueta su billetera. —No, no queremos dinero —intervino Dafne—, mamá dice que la ayuda es desinteresada, no le vamos a cobrar —avisó y se reflejó en la azulada mirada del hombre—, pero necesitamos pedirle un favor. —Lo observó con esa expresión tan tierna, que para Miguel fue imposible decir no. —¿De qué se trata? —averiguó. Mike inhaló profundo. —Necesitamos hacer una tarea, con fotos nuestras de cuando éramos bebés, pero nuestra mamá guarda eso en una caja en el closet, en la parte alta, y no alcanzamos —mintió. —¿Nos puede ayudar? —Por supuesto —contestó Miguel, se puso de pie. —¿En dónde está esa caja? —Venga con nosotros. Los niños se miraron entre ellos, se mordieron el labio inferior, sonrieron, y enseguida llevaron a Miguel a la alcoba de su mamá. El hombre sintió una punzada en el pecho al entrar en aquel lugar, todo era impecable, sencillo, y de pronto aquel aroma a rosas activó sus sentidos, ese perfume se le hizo tan familiar. «Luciana» pensó de inmediato. Miró la alcoba, buscó alguna imagen, pero fotografías no había en ningún lado, además los niños habían mencionado que sus padres trabajaban, y ella apenas había renunciado en el hotel, así que pensó que estaba en el lugar equivocado, sin imaginar que aquellos dos chiquitines que le salvaron la vida eran sus hijos. Enseguida abrió la puerta del closet, estiró su brazo y bajó la caja que los niños anhelaban. —Aquí tienen —indicó. —Gracias —dijo Dafne la mirada le brilló, le sonrió. Cada vez que los niños lo miraban de esa forma, él sentía esa agitación inexplicable. —No me han dicho sus nombres —mencionó él, los volvió a mirar a ambos, y cada que se reflejaba en esos ojos, percibía mucha ternura por ellos, ganas de abrazarlos, y no sabía por qué, apenas los conocía, quizás porque le salvaron la vida, pensó. —Yo me llamo Dafne —avisó la pequeña. —¡Qué hermoso nombre! —comentó Miguel, le sonrió. —¿Y tú? —preguntó al niño. —Mi nombre es Luis Miguel. —Sonrió divertido—, como el cantante, y aunque a mi mamá le encanta, me llamo así por mi abuelo y mi papá —comunicó. —¿Usted como se llama? El hombre se quedó pensativo, lo observó con atención. —¿Tu papá se llama Miguel? —cuestionó el hombre sintiendo que su ritmo cardíaco se aceleraba.
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Índice
Capítulo 1 ¿Eres tú? Capítulo 2 ¡No descansaré hasta encontrarte! Capítulo 3 ¿Se encuentra bien, señor? Capítulo 4 ¿Tu papá se llama miguel? Capítulo 5 ¡Debemos impedir esa boda! Capítulo 6 ¡Aunque no sea conmigo! Capítulo 7 ¡Nosotros nos oponemos a esta boda! Capítulo 8 Desenmascarada y despreciada appCapítulo 9 ¡Debes reconquistar a nuestra mamá! appCapítulo 10 ¿Por despecho? appCapítulo 11 ¿Aún estás enamorado de nuestra mamá? appCapítulo 12 ¿Quién es tu papá? appCapítulo 13 ¡Voy a recuperarte! appCapítulo 14 ¿Tu mujer? appCapítulo 15 A un paso de descubrirlo todo appCapítulo 16 El reencuentro appCapítulo 17 ¿Por qué debo ser yo, el perdedor? appCapítulo 18 Un beso de amor que no se olvida appCapítulo 19 Quizás se enamoró de él appCapítulo 20 ¡Mi jefe se veía muy interesado en tí, lu! appCapítulo 21 Ven con el alma desnuda appCapítulo 22 ¡Los celos me enloquecen! appCapítulo 23 ¡Solo tuya! appCapítulo 24 Tú le gustas a mi jefe appCapítulo 25 Todo es mi culpa appCapítulo 26 Deseo tener un hijo contigo appCapítulo 27 ¡El último deseo! appCapítulo 28 ¿Te hace sentir culpable? appCapítulo 29 ¿Y qué hiciste del amor que me juraste? appCapítulo 30 ¡Eres un mentiroso! appCapítulo 31 ¡Vamos a revivir a luciana gomez! appCapítulo 32 La muñeca appCapítulo 33 ¡Todo por tu culpa! appCapítulo 34 ¿Intenciones ocultas? appCapítulo 35 ¡Ella está viva! appCapítulo 36 ¡No te soporto! appCapítulo 37 Nuevos planes appCapítulo 38 ¡Así que tú eres el padre de los mellizos! appCapítulo 39 Emiliano ya sabe la verdad appCapítulo 40 El beso de despedida appCapítulo 41 ¡Así los quería encontrar! appCapítulo 42 ¿Ya no nos quiere? appCapítulo 43 Haremos justicia appCapítulo 44 Te protegeremos de los malos appCapítulo 45 ¡Una extraña mujer! appCapítulo 46 ¿Habrá boda? appCapítulo 47 Tenemos que acabar con esos criminales appCapítulo 48 ¿Me ayudas con el liguero? appCapítulo 49 Contra viento y marea appCapítulo 50 ¿Han visto a la duqueconda? appCapítulo 51 ¡Albeiro ya sabe mi ubicación! appCapítulo 52 ¡Serás la carnada! appCapítulo 53 Tres motivos para seguir viviendo appCapítulo 54 ¿En dónde firmo el pacto? appCapítulo 55 ¿Confías más en él, que en mí? appCapítulo 56 Alistandose para enfrentar al enemigo appCapítulo 57 Ojalá lleguemos a tiempo appCapítulo 58 ¿Se murió? appCapítulo 59 ¡Quédate con él! appCapítulo 60 Luciana, es solo la madre de mis hijos appCapítulo 61 ¿Qué me están ocultando? appCapítulo 62 Solo fui a cuidar lo que es mío y me pertenece appCapítulo 63 Un pasado tormentoso appCapítulo 64 Simone, no es quien pensamos appCapítulo 65 Queremos una familia appCapítulo 66 Un hermano gemelo appCapítulo 67 Deuda saldada appCapítulo 68 ¿Se reconciliaron? appCapítulo 69 Como dos buenos amigos appCapítulo 70 Un buen negocio appCapítulo 71 ¡Los niños! appCapítulo 72 ¿En dónde está mamá? appCapítulo 73 Los fantasmas del pasado, deben desaparecer appCapítulo 74 Libre de culpas appCapítulo 75 El primer y último beso appCapítulo 76 Planes siniestros appCapítulo 77 La nueva amiga appCapítulo 78 ¡Eres su amante! appCapítulo 79 Más cerca del enemigo appCapítulo 80 Recaída appCapítulo 81 Un nuevo hogar appCapítulo 82 Una noticia sorpresa appCapítulo 83 Fruto prohibido appCapítulo 84 Sweet dreams appCapítulo 85 Vengo a comprar su hacienda appCapítulo 86 Jugar con fuego es peligroso appCapítulo 87 Un hermoso reencuentro appCapítulo 88 No pienso tenerlo appCapítulo 89 ¿Insinuas que soy una cualquiera? appCapítulo 90 ¡Cómo una reina! appCapítulo 91 ¡Mi prisionera! appCapítulo 92 Boda express appCapítulo 93 Un sueño hecho realidad appCapítulo 94 Ya eres mi esposa appCapítulo 95 Dos noticias inesperadas appCapítulo 96 ¿Qué propones? appCapítulo 97 Ella volverá a mi lado appCapítulo 98 El beso de despedida appCapítulo 99 La escort más deseada del país appCapítulo 100 Un psicopata de vuelta appCapítulo 101 ¡El peligro asecha! appCapítulo 102 ¡Planes siniestros! appCapítulo 103 ¡Búsquenla! appCapítulo 104 Ya no volverás a hacer daño appCapítulo 105 Pelear por nuestras vidas appCapítulo 106 Lenta agonia appCapítulo 107 ¿Y si no vuelve? appCapítulo 108 ¡Las bahamas! appCapítulo 109 ¡Hoy te mueres! appCapítulo 110 El fin de una pesadilla appCapítulo 111 Un ejemplo para las demás appCapítulo 112 Una nueva oportunidad appCapítulo 113 Ella o nosotros appCapítulo 114 Todos en familia appCapítulo 115 Un beso y un acuerdo appCapítulo 116 Vuelve con nosotros appCapítulo 117 Extra: karla y emiliano el momento de la verdad appCapítulo 118 Extra: karla y emiliano el momento de la verdad 2 appCapítulo 119 Epílogo i parte appCapítulo 120 Epilogo ii parte appCapítulo 121 Amarte es mi condena: la boda más esperada appCapítulo 122 Amarte es mi condena: dudas y recuerdos appCapítulo 123 Amarte es mi condena cap 3 appCapítulo 124 Amarte es mi condena cap 4 appCapítulo 125 Amarte es mi condena cap 5 appCapítulo 126 Amarte es mi condena: ¿aceptas el trato? 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appCapítulo 154 Amarte es mi condena: ¡no vuelvas a buscarme! appCapítulo 155 Amarte es mi condena el punto débil de salvador appCapítulo 156 Amarte es mi condena: un plan appCapítulo 157 Amarte es mi condena: ¡huyó del país! appCapítulo 158 Amarte es mi condena: ¡daré con los culpables! appCapítulo 159 Amarte es mi condena: la tendrá en sus manos appCapítulo 160 Amarte es mi condena: ¡la nueva señora! appCapítulo 161 Amarte es mi condena: ¡ahora la jefa soy yo! appCapítulo 162 Amarte es mi condena: si no lo hacemos voy a enloquecer appCapítulo 163 Amarte es mi condena: ¡los resultados! appCapítulo 164 Amarte es mi condena: queremos una vida juntos appCapítulo 165 Amarte es mi condena: ¡juntos hacemos cosas bonitas! appCapítulo 166 Amarte es mi condena: las cosas en su sitio appCapítulo 167 Amarte es mi condena: la justicia llega appCapítulo 168 Amarte es mi condena: quiero este caso appCapítulo 169 Amarte es mi condena: ¡yo te hundiré en prisión! appCapítulo 170 Amarte es mi condena: verdad al descubierto appCapítulo 171 Amarte es mi condena: haciendo justicia appCapítulo 172 Amarte es mi condena: perdiendolo todo appCapítulo 173 Amarte es mi condena: conflicto de intereses appCapítulo 174 Amarte es mi condena: ¿qué? ¡ella me va a hundir! appCapítulo 175 Amarte es mi condena: la amante de araujo! appCapítulo 176 Amarte es mi condena: ¡culpable! appCapítulo 177 Amarte es mi condena: despedida appCapítulo 178 Amarte es mi condena: alma, corazón y vida appCapítulo 179 Amarte es mi condena: el juicio final appCapítulo 180 Amarte es mi condena: solo quería hacer justicia appCapítulo 181 Amarte es mi condena: tú eres de mi propiedad appCapítulo 182 Amarte es mi condena: ojo por ojo appCapítulo 183 Amarte es mi condena: nuestra manera de amar appCapítulo 184 Amarte es mi condena: todo llega en su momento appCapítulo 185 Amarte es mi condena: una noticia importante appCapítulo 186 Amarte es mi condena: siempre serás mi mamá appCapítulo 187 Amarte es mi condena: un mini salvador appCapítulo 188 Amarte es mi condena: felices por siempre appCapítulo 189 Amarte es mi condena epílogo appCapítulo 190 Extra: un café para el duque appCapítulo 191 Extra: ¿de nuevo a tu lado? appCapítulo 192 Extra: ¿de nuevo a tu lado? 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