Capítulo 178 Amarte es mi condena: alma, corazón y vida
Entonces Salvador sacó de su impecable saco un estuche de terciopelo y lo abrió frente a los ojos de Majo.
Ella separó los labios, el diamante deslumbró su vista, parpadeó un par de veces, la argolla era en oro blanco, la piedra tenía forma de estrella, y estaba rodeada de varios circones pequeños alrededor.
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