Capítulo 153 Amarte es mi condena ¿qué descubriste?
—¿Qué? —Salvador reaccionó, intentó soltarse gruñendo, estaba desnudo, sin poder agarrar una manta—. Majo no me agrada este juego, suéltame.
—No dijiste eso hace minutos, así que asume las consecuencias, y por cierto esta llavecita se va por el excusado.
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