Capítulo 126 Amarte es mi condena: ¿aceptas el trato?
Época actual.
Majo también había recordado aquel juicio que llevó a Arismendi a su vida, volvió a la realidad, sentía que iba a enloquecer encerrada en las cuatro paredes de su habitación, entonces decidió salir a caminar por la hacienda, requería despejar su mente, se había comunicado con el agente encargado de dar con el paradero de Sebas pero no tenía noticias, y la desesperación le carcomía las entrañas.
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