Capítulo 156 Amarte es mi condena: un plan
Majo caminaba de un lugar a otro, miraba su reloj con impaciencia, escuchó el helicóptero, entonces sintió que el corazón se le quería salir de la emoción, era cuestión de minutos para ver a su hermana.
Quince minutos después las hermanas Duque se fundían en un fuerte abrazo, Malú miró la casa en la cual se refugiaba Majo, y aunque el estilo era sencillo, había lujo, notó que se veía muy radiante, feliz, y que estaba bien cuidada.
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