Capítulo 54 ¿En dónde firmo el pacto?
Las manos del doctor Arismendi se transformaron en fuego que recorrían la piel de Majo, encendiéndola como una hoguera, la boca de él besaba con parsimonia cada centímetro de su delicada y sedosa piel.
—He esperado mucho por este momento —susurró él al oído de ella.
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