Capítulo 1 ¿Eres tú?

—¡Sí, soy una escort! —gritó la bella mujer de larga cabellera castaña, piel clara, y ojos color chocolate. —¡No tuve más opciones en la vida! —vociferó agitada—, era eso, o ver morir a mi hermano, así que, si me amas, debes aceptarme con lo que implica, ser una dama de compañía. El hombre inclinó su cabeza, su respiración era agitada, abría y cerraba sus puños, se debatía entre los prejuicios sociales tan elevados que tenía, y el amor que aquella mujer, dedicada a acompañar y complacer hombres había despertado en él. Ella lo miraba expectante, el corazón le latía a prisa, esperaba una respuesta, entonces él giró y clavó su azulada mirada en sus dulces ojos color miel, se reflejó en ellos. —Yo te amo, y te voy a sacar de esta vida —aseguró. —No es fácil —sollozó ella—, esos hombres no lo van a permitir… —¡Ya estás bajo mi protección! ¡Nadie volverá a obligarte a hacer lo que no quieres! —La abrazó muy fuerte. —Tengo miedo. —Se aferró al pecho de él—, nuestra relación será complicada, yo no pertenezco a tu mundo. Él le sonrió, le acarició la mejilla con ternura. —Sí en este mundo no aceptan lo nuestro, en Saturno podremos empezar una vida juntos. —Sonrió. —¡Saturno será un buen lugar para vivir! —contestó ella sonriente, se acercó a él para besarlo. De pronto se escucharon balazos, ruidos, una puerta se abrió de golpe, un hombre mal encarado apareció, apuntó directo al cuerpo de la chica. —¡Nadie sale con vida de este mundo Luciana Gómez! —espetó y haló el gatillo, disparó. —¡No! —gritó el hombre desesperado. —¡Ella no! —Se removía en la cama, su rostro estaba lleno de lágrimas. —¡Luciana vuelve! —fue la súplica llena de dolor que retumbó en las paredes. La mujer que dormía a su lado, se sentó, apretó los puños con tal fuerza que sus uñas se clavaron en la piel. —¡Sigues pensando en ella! —susurró frunciendo los labios. —¡Cuánto me alegro de que esté muerta Luciana! —susurró bajito—, y que tú, mi amado Miguel nunca te hayas enterado de la existencia de esos dos engendros. —Apretó los dientes—, lo bueno es que todos murieron, y nadie supo de eso, solo yo. —Sonrió con malicia, entonces movió el cuerpo de su novio—, despierta cariño, tuviste una pesadilla. Miguel despertó agitado, su frente estaba llena de sudor, sus ojos húmedos, y en el pecho percibía una gran opresión. —¡Otra vez soñaste con esa mala mujer! —recriminó Irma, su futura esposa. Miguel apretó los ojos, resopló. —Lo lamento, no puedo controlar mis sueños —habló con la voz seca—, voy por agua. —Se puso de pie y fue directo a la cocina de la elegante suite del lujoso hotel donde se estaban hospedando, previo a su boda en los próximos días, ahí recargó sus manos sobre la encimera, sintió una opresión que le quemaba el pecho. —¿Por qué si te burlaste de mí, sigo pensando en ti? —cuestionó en un susurro. —¿Por qué apareces en mi mente para atormentarme, Lu? ¿Por qué me hiciste creer que me amabas y te fuiste con tu amante? —se cuestionó sintiendo que el alma le dolía. —¿Por qué me siento tan mal cuando te pienso? ¿Por qué tu recuerdo aún duele? ***** Al día siguiente. —¡Ya no sé qué hacer contigo Lucía Cedeño! —espetó la gerente del prestigioso hotel donde ella laboraba. —¡Otro cliente se quejó de ti! ¡Estás despedida! Aquella frase retumbó por enésima vez en la mente de Lucía, sus ojos color miel se llenaron de lágrimas, y pensó en sus dos hijos. —¡Por favor señora, no lo haga! —suplicó—, yo necesito el empleo, no hice nada malo, fue ese hombre que quiso pasarse de listo y yo me defendí. Lucía Cedeño trabajaba como camarera en una importante cadena de hoteles; sin embargo, parecía que su vida estaba destinada a encontrarse con hombres que siempre querían aprovecharse de su belleza, estaba cansada de las propuestas indecorosas, de que le palmotearan al descuido los glúteos cuando limpiaba las habitaciones, o peor aún que la quisieran forzar a tener relaciones con ellos. «Es como si me notará lo que fui en el pasado» pensó. Cuando la rescataron de manos de aquella mafia, la pusieron en la lista de testigos protegidos, hicieron creer que Luciana Gómez y sus bebés recién nacidos habían muerto en una explosión en el burdel donde la tenía secuestrada, ahora tenía una nueva identidad, todos la conocían como Lucía. —Lo lamento Lucía, sabes bien que en nuestros hoteles el cliente es lo primero, además…—Reprimió lo que estaba pensando decir. —Pero tengo dos hijos que mantener, ellos necesitan una educación más especializada, su coeficiente intelectual es superior al de los demás pequeños. —La miró con desesperación. La gerente negó con la cabeza, suspiró profundo, conocía a esos dos diablillos, y se condolió de la situación de Lucía. —Te voy a dar una última oportunidad, te cambiaré al piso de la suite presidencial, así que toma tus cosas y ve a limpiar, hay un cliente muy importante. La mirada de Lucía brilló, esbozó una amplia sonrisa, abrazó emocionada a su jefa, la señora: Fabiana. —No la voy a defraudar, muchas gracias. —Mejor ve a hacer lo que ordené, antes que me arrepienta —sentenció. Lucía se perdió en los pasillos del lujoso hotel a toda prisa, Fabiana sonrió. «Espero no te metas en más problemas» **** Juan Miguel Duque se hallaba en la terraza de la suite presidencial, pensativo. No había acompañado a su novia a ultimar los detalles de la boda, no se sentía bien, cada vez que Luciana aparecía en sus sueños, al día siguiente el dolor de cabeza con el que amanecía era punzante. Luego de haber estado en coma, después de ese grave accidente, aún tenía secuelas de aquel golpe, apaciguaba la molestia con medicamentos, pero estaba cansado de consumirlos, por lo que sobó su frente intentando aplacar su malestar, no deseaba volver a quedarse dormido, cerró sus ojos por segundos, pero cada que lo hacía la imagen de Luciana se venía a su memoria. —¿Por qué no recuerdo con claridad nuestra historia? —se cuestionó aturdido, y una agitación en el pecho que no lograba comprender. Entre tanto, Lucía frunció el ceño, al no mirar el rótulo de: “Hacer la limpieza” en la suite presidencial, entonces tocó a la puerta, y no escuchó ningún ruido, pero de pronto su corazón se agitó con tal fuerza que tuvo que llevarse la mano al pecho, fue como si detrás de aquella madera fuera a encontrarse con algo no muy agradable. Algunas de sus compañeras ya se habían llevado buenos sustos al encontrar a clientes desmayados, y hasta una vez hasta hubo uno muerto. —¡Dios mío, que esta vez no me toque a mí! —imploró. Con sumo cuidado ingresó la tarjeta, la puerta se abrió, Lu miró por todo lado, y liberó el aire que estaba conteniendo, de inmediato se inclinó a retirar las sábanas de la cama, de pronto ese aroma tan varonil impregnado en una de las mantas, revivió antiguo recuerdos, su estómago se encogió, cerró sus ojos, suspiró. «Miguel, tantos años sin saber de ti. ¿Qué habrá sido de tu vida?» pensó y de nuevo aquel dolor atravesó su alma. **** En la terraza Juan Miguel apretó los dientes del dolor, no pudo resistir más, se puso de pie y se sintió algo mareado. —Mi medicamento —susurró, y agarrándose de los muros, logró abrir la puerta corrediza, su visión algo borrosa se posó en la figura de la mujer que estaba inclinanda acomodando una sábana. —¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí? —cuestionó. Esa voz sobresaltó los sentidos de Lu, sintió que el corazón le dio un brinco. «No, no puede ser él» Se quedó estática, sin atreverse a girar. —¡Señorita! Lu escuchó los pasos de él, sus sentidos se alertaron, entonces dio vuelta, sus ojos se cruzaron con los de Juan Miguel, pensó que alucinaba, las piernas le temblaron, los labios se le abrieron. Después de cinco largos años estaba frente a ella, el hombre al cual nunca dejó de amar, el padre de sus hijos. Miguel parpadeó, arrugó el ceño, se quedó paralizado, sintiendo que el corazón le latía desaforado, varios flashes vinieron a su mente. Luciana se quedó sin respiración, y ambos rememoraron aquella noche en la cual sus caminos se separaron: (***) Miguel entró como un desquiciado a aquella casa, la sangre se le congeló cuando miró prendas regadas en el piso, apretó la mandíbula, abría y cerraba sus puños. Subió en un par de zancadas, y abrió la puerta de la habitación de un solo golpe. —¡Luciana! —gritó iracundo, sus pupilas estaban dilatadas. —¡Así los quería encontrar! Ella estaba desnuda abrazada al cuerpo de aquel hombre. Lu derramó varias lágrimas, miró a Miguel, y notó la rabia, la decepción en sus ojos, el corazón se le hizo pedazos. «¡Soy inocente!» declaró ella en su mente, no podía hablar, la tenían amenazada. Miguel la miró con desprecio, se acercó a Albeiro, quién era su ex pareja y el supuesto escolta que contrató, entonces lo agarró del cuello, le lanzó un puño, pero el hombre se defendió. Empezaron una batalla campal. Lu se estremeció, estaba pálida, temía por su reciente embarazo, como pudo se envolvió en una sábana, y se alejó. —¡Basta! —gritó Lu. Juan Miguel escuchó la voz de ella, la miró con profunda ira, enojo, decepción. —¿Por este infeliz me rechazabas? ¿Cómo fuiste capaz de meterlo en nuestra propia casa? —Subió por la cama y de un salto estaba frente a Luciana, la tomó de los brazos, la zarandeó. —Miguel yo… —Vamos Lu, díselo —gritó Albeiro, la miró amenazante. Luciana inclinó la cabeza, temblaba, un gran torrente de lágrimas viajaba por sus mejillas. —Yo… no te amo, estoy enamorada de Albeiro, me regreso con él. Esas palabras fueron como puñaladas para el corazón de Miguel, ahora tenía sentido todo, desde que ese hombre llegó ella actuaba extraño. —Eres la peor de las mujeres, la más falsa, la más mentirosa. —La agarró del brazo, tal como estaba envuelta en una sábana, casi a rastras la bajó por las escaleras, abrió la puerta de la casa, y la echó. —¡Lárgate! ¡No quiero volver a verte jamás! ¡Eres una prostituta de lo peor! —Gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas. —¡Jamás debí fijarme en alguien como tú! ¡Por ti hice a un lado mis principios, dejé a mi novia! ¡Espero nunca volver a cruzarme en tu vida! El rostro de Luciana se hallaba cubierto de lágrimas, se quedó en el piso sollozando, no se defendió, no podía hacerlo, todo había sido planeado a la perfección. Y ella había quedado ante él como la peor de las mujeres. —Miguel… las cosas no son… —Cállate, no quiero escuchar tus mentiras. «Lamento tanto que no me escuches, y dudes de mí, aunque todo me culpa, me duele no decirte sobre la existencia de nuestros bebés» dijo ella en su mente, sintiendo un dolor tan fuerte que le desgarraba el alma. Miguel miró a Albeiro con profundo odio, el hombre sonrió, alzó a Lu del suelo, y se la llevó. «Adiós Miguel» **** —¡Eres tú! —exclamó Miguel todo era confuso para él, tanto que se desvaneció. Lu parpadeó volviendo al presente, abrió sus ojos con gran sorpresa, corrió para sostenerlo. —¡Miguel! —exclamó sintiendo su cuerpo temblar y su corazón a punto de salirse del pecho. —¿Qué tienes? —cuestionó agitada. Sus ojos lo contemplaron, se veía más varonil, más maduro, mucho más atractivo, sus dedos le acariciaron el rostro, palpó la blanquecina piel de él, y no pudo evitar derramar un gran torrente de lágrimas—, despierta. Él no reaccionaba, y eso asustó a Lu, entonces lo colocó con delicadeza sobre la alfombra, corrió al teléfono del hotel a pedir auxilio. —El huésped de la suite presidencial se desmayó, no reacciona, necesito ayuda —habló con la voz temblorosa. —¿Qué? —preguntó asustada la señora Fabiana—, de inmediato envío al doctor. ¿Está con él su prometida? —¿Prometida? —inquirió Lu, balbuceando, esa frase fue como una puñalada en su corazón. —Sí, muchacha, él se está hospedando con una mujer, con su futura esposa. Lu inclinó su rostro, su corazón volvió a fragmentarse en miles de pedazos como esa noche en la cual ella tuvo que romperle el corazón a él, haciéndole creer que lo estaba engañando. —No, no hay nadie con él, más bien localiza a su… novia —esa última palabra pasó como hiel por su garganta. —Bien, ya va el médico allá. Luciana colgó de inmediato la llamada, enseguida colocó una almohada en la cabeza de Miguel, lo cubrió con una manta, volvió a contemplarlo. «Eres idéntico a nuestro hijo» pensó y volvió a llorar, entonces sin pensarlo un segundo se aproximó a él, inclinó su rostro y besó sus fríos labios. —Aún te amo, nunca he dejado de hacerlo. —Acarició el rubio cabello de él sintiendo su pecho agitado—, espero que la mujer que escogiste te haga feliz. Entonces la curiosidad fue muy grande, quiso descubrir quién era la afortunada, buscó en las cosas, y miró en unos de los cajones de la mesa de noche una elegante tarjeta de invitación de boda. —Irma y Juan Miguel —masculló apretando los dientes. Lu palideció, cerró sus puños con tanta fuerza que se clavó las uñas en la piel, la respiración se le volvió irregular. —¿Irma? ¿Te vas a casar con esa arpía? ¿Con la culpable de nuestra separación? ¿Con la mujer que quiso robarme a mis bebés? La sangre hirvió por sus venas, se llenó de ira, enojo, dolor, celos. Se llevó la mano a la cabeza, se acercó a Miguel. —¡Eres un imbécil, Juan Miguel Duque! —recriminó el pecho le ardía de pensar que esa mujer andaba por ahí tan campante y que iba a convertirse en la esposa de él. —¡Fue ella, Irma es cómplice de Albeiro! —exclamó, entonces reaccionó, y recordó como aquella mujer intentó robarle a sus bebés, y abrió sus ojos de par en par. —¡Ella no puede verme! ¡No puede saber que sigo viva! ¡Mis niños correrían peligro! ¡Él escapó de prisión! ¡Debo irme! —Miró al padre de sus hijos con profunda decepción. —¡Jamás sabrás de su existencia! —sentenció ella, sin imaginar que el destino muy pronto podría a sus pequeños frente a su papá. ***** Gracias por tomarte el tiempo de leer este libro, espero lo disfrutes, es como una continuación de Una esposa de mentira, pero está diseñado para que puedas entender si necesidad de leer el anterior, sin embargo, espero leas ambos.
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Índice
Capítulo 1 ¿Eres tú? Capítulo 2 ¡No descansaré hasta encontrarte! Capítulo 3 ¿Se encuentra bien, señor? Capítulo 4 ¿Tu papá se llama miguel? Capítulo 5 ¡Debemos impedir esa boda! Capítulo 6 ¡Aunque no sea conmigo! Capítulo 7 ¡Nosotros nos oponemos a esta boda! Capítulo 8 Desenmascarada y despreciada appCapítulo 9 ¡Debes reconquistar a nuestra mamá! appCapítulo 10 ¿Por despecho? appCapítulo 11 ¿Aún estás enamorado de nuestra mamá? appCapítulo 12 ¿Quién es tu papá? appCapítulo 13 ¡Voy a recuperarte! appCapítulo 14 ¿Tu mujer? appCapítulo 15 A un paso de descubrirlo todo appCapítulo 16 El reencuentro appCapítulo 17 ¿Por qué debo ser yo, el perdedor? appCapítulo 18 Un beso de amor que no se olvida appCapítulo 19 Quizás se enamoró de él appCapítulo 20 ¡Mi jefe se veía muy interesado en tí, lu! appCapítulo 21 Ven con el alma desnuda appCapítulo 22 ¡Los celos me enloquecen! appCapítulo 23 ¡Solo tuya! appCapítulo 24 Tú le gustas a mi jefe appCapítulo 25 Todo es mi culpa appCapítulo 26 Deseo tener un hijo contigo appCapítulo 27 ¡El último deseo! appCapítulo 28 ¿Te hace sentir culpable? appCapítulo 29 ¿Y qué hiciste del amor que me juraste? appCapítulo 30 ¡Eres un mentiroso! appCapítulo 31 ¡Vamos a revivir a luciana gomez! appCapítulo 32 La muñeca appCapítulo 33 ¡Todo por tu culpa! appCapítulo 34 ¿Intenciones ocultas? appCapítulo 35 ¡Ella está viva! appCapítulo 36 ¡No te soporto! appCapítulo 37 Nuevos planes appCapítulo 38 ¡Así que tú eres el padre de los mellizos! appCapítulo 39 Emiliano ya sabe la verdad appCapítulo 40 El beso de despedida appCapítulo 41 ¡Así los quería encontrar! appCapítulo 42 ¿Ya no nos quiere? appCapítulo 43 Haremos justicia appCapítulo 44 Te protegeremos de los malos appCapítulo 45 ¡Una extraña mujer! appCapítulo 46 ¿Habrá boda? appCapítulo 47 Tenemos que acabar con esos criminales appCapítulo 48 ¿Me ayudas con el liguero? appCapítulo 49 Contra viento y marea appCapítulo 50 ¿Han visto a la duqueconda? appCapítulo 51 ¡Albeiro ya sabe mi ubicación! appCapítulo 52 ¡Serás la carnada! appCapítulo 53 Tres motivos para seguir viviendo appCapítulo 54 ¿En dónde firmo el pacto? appCapítulo 55 ¿Confías más en él, que en mí? appCapítulo 56 Alistandose para enfrentar al enemigo appCapítulo 57 Ojalá lleguemos a tiempo appCapítulo 58 ¿Se murió? appCapítulo 59 ¡Quédate con él! appCapítulo 60 Luciana, es solo la madre de mis hijos appCapítulo 61 ¿Qué me están ocultando? appCapítulo 62 Solo fui a cuidar lo que es mío y me pertenece appCapítulo 63 Un pasado tormentoso appCapítulo 64 Simone, no es quien pensamos appCapítulo 65 Queremos una familia appCapítulo 66 Un hermano gemelo appCapítulo 67 Deuda saldada appCapítulo 68 ¿Se reconciliaron? appCapítulo 69 Como dos buenos amigos appCapítulo 70 Un buen negocio appCapítulo 71 ¡Los niños! appCapítulo 72 ¿En dónde está mamá? appCapítulo 73 Los fantasmas del pasado, deben desaparecer appCapítulo 74 Libre de culpas appCapítulo 75 El primer y último beso appCapítulo 76 Planes siniestros appCapítulo 77 La nueva amiga appCapítulo 78 ¡Eres su amante! appCapítulo 79 Más cerca del enemigo appCapítulo 80 Recaída appCapítulo 81 Un nuevo hogar appCapítulo 82 Una noticia sorpresa appCapítulo 83 Fruto prohibido appCapítulo 84 Sweet dreams appCapítulo 85 Vengo a comprar su hacienda appCapítulo 86 Jugar con fuego es peligroso appCapítulo 87 Un hermoso reencuentro appCapítulo 88 No pienso tenerlo appCapítulo 89 ¿Insinuas que soy una cualquiera? appCapítulo 90 ¡Cómo una reina! appCapítulo 91 ¡Mi prisionera! appCapítulo 92 Boda express appCapítulo 93 Un sueño hecho realidad appCapítulo 94 Ya eres mi esposa appCapítulo 95 Dos noticias inesperadas appCapítulo 96 ¿Qué propones? appCapítulo 97 Ella volverá a mi lado appCapítulo 98 El beso de despedida appCapítulo 99 La escort más deseada del país appCapítulo 100 Un psicopata de vuelta appCapítulo 101 ¡El peligro asecha! appCapítulo 102 ¡Planes siniestros! appCapítulo 103 ¡Búsquenla! appCapítulo 104 Ya no volverás a hacer daño appCapítulo 105 Pelear por nuestras vidas appCapítulo 106 Lenta agonia appCapítulo 107 ¿Y si no vuelve? appCapítulo 108 ¡Las bahamas! appCapítulo 109 ¡Hoy te mueres! appCapítulo 110 El fin de una pesadilla appCapítulo 111 Un ejemplo para las demás appCapítulo 112 Una nueva oportunidad appCapítulo 113 Ella o nosotros appCapítulo 114 Todos en familia appCapítulo 115 Un beso y un acuerdo appCapítulo 116 Vuelve con nosotros appCapítulo 117 Extra: karla y emiliano el momento de la verdad appCapítulo 118 Extra: karla y emiliano el momento de la verdad 2 appCapítulo 119 Epílogo i parte appCapítulo 120 Epilogo ii parte appCapítulo 121 Amarte es mi condena: la boda más esperada appCapítulo 122 Amarte es mi condena: dudas y recuerdos appCapítulo 123 Amarte es mi condena cap 3 appCapítulo 124 Amarte es mi condena cap 4 appCapítulo 125 Amarte es mi condena cap 5 appCapítulo 126 Amarte es mi condena: ¿aceptas el trato? appCapítulo 127 Amarte es mi condena: despistando al enemigo appCapítulo 128 Amarte es mi condena: el momento de la verdad appCapítulo 129 Amarte es mi condena: te volveré a besar appCapítulo 130 Amarte es mi condena: sueños prohibidos appCapítulo 131 Amarte es mi condena: invadiendo propiedad privada appCapítulo 132 Amarte es mi condena: ¡te daré motivos para volver! appCapítulo 133 Amarte es mi condena: ¡él es incapaz! appCapítulo 134 Amarte es mi condena: que el infierno arda a nuestro alrededor appCapítulo 135 Amarte es mi condena: preparativos appCapítulo 136 Amarte es mi condena: yo te sentencio appCapítulo 137 Amarte es mi condena: ¿me amas? appCapítulo 138 Amarte es mi condena: ¡me declaro culpable! appCapítulo 139 Amarte es mi condena: ¡yo lo acuso! appCapítulo 140 Amarte es mi condena: fantasia hecha realidad appCapítulo 141 Amarte es mi condena: perdiendo el control appCapítulo 142 Amarte es mi condena: la trampa appCapítulo 143 Amarte es mi condena: ¡haré justicia! appCapítulo 144 Amatte es mi condena: ese no fue el trato appCapítulo 145 Amarte es mi condena: continuar mi gran teatro appCapítulo 146 Amarte es mi condena: ¡que sea apresada! appCapítulo 147 Amarte es mi condena: medidas extremas appCapítulo 148 Amarte es mi condena ¡lo hice por ti! appCapítulo 149 Amarte es mi condena ¡aquí pagarás tu condena! appCapítulo 150 Amarte es mi condena: ¡esto es entre ellos y yo! appCapítulo 151 Amarte es mi condena ¡exijo la verdad! appCapítulo 152 Amarte es mi condena con majo no se juega appCapítulo 153 Amarte es mi condena ¿qué descubriste? appCapítulo 154 Amarte es mi condena: ¡no vuelvas a buscarme! appCapítulo 155 Amarte es mi condena el punto débil de salvador appCapítulo 156 Amarte es mi condena: un plan appCapítulo 157 Amarte es mi condena: ¡huyó del país! appCapítulo 158 Amarte es mi condena: ¡daré con los culpables! appCapítulo 159 Amarte es mi condena: la tendrá en sus manos appCapítulo 160 Amarte es mi condena: ¡la nueva señora! appCapítulo 161 Amarte es mi condena: ¡ahora la jefa soy yo! appCapítulo 162 Amarte es mi condena: si no lo hacemos voy a enloquecer appCapítulo 163 Amarte es mi condena: ¡los resultados! appCapítulo 164 Amarte es mi condena: queremos una vida juntos appCapítulo 165 Amarte es mi condena: ¡juntos hacemos cosas bonitas! appCapítulo 166 Amarte es mi condena: las cosas en su sitio appCapítulo 167 Amarte es mi condena: la justicia llega appCapítulo 168 Amarte es mi condena: quiero este caso appCapítulo 169 Amarte es mi condena: ¡yo te hundiré en prisión! appCapítulo 170 Amarte es mi condena: verdad al descubierto appCapítulo 171 Amarte es mi condena: haciendo justicia appCapítulo 172 Amarte es mi condena: perdiendolo todo appCapítulo 173 Amarte es mi condena: conflicto de intereses appCapítulo 174 Amarte es mi condena: ¿qué? ¡ella me va a hundir! appCapítulo 175 Amarte es mi condena: la amante de araujo! appCapítulo 176 Amarte es mi condena: ¡culpable! appCapítulo 177 Amarte es mi condena: despedida appCapítulo 178 Amarte es mi condena: alma, corazón y vida appCapítulo 179 Amarte es mi condena: el juicio final appCapítulo 180 Amarte es mi condena: solo quería hacer justicia appCapítulo 181 Amarte es mi condena: tú eres de mi propiedad appCapítulo 182 Amarte es mi condena: ojo por ojo appCapítulo 183 Amarte es mi condena: nuestra manera de amar appCapítulo 184 Amarte es mi condena: todo llega en su momento appCapítulo 185 Amarte es mi condena: una noticia importante appCapítulo 186 Amarte es mi condena: siempre serás mi mamá appCapítulo 187 Amarte es mi condena: un mini salvador appCapítulo 188 Amarte es mi condena: felices por siempre appCapítulo 189 Amarte es mi condena epílogo appCapítulo 190 Extra: un café para el duque appCapítulo 191 Extra: ¿de nuevo a tu lado? appCapítulo 192 Extra: ¿de nuevo a tu lado? appCapítulo 193 Extra: una esposa de mentira app
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