Capítulo 253 Puja por ella

Tras escuchar las palabras de Gonzalo, dejé escapar un suspiro de alivio. Ya que él estaba seguro de poder manejar los asuntos, tenía que confiar en él. Por lo tanto, me despedí de él y monté mi caballo de vuelta a la sede de la Secta de los Cuchillos Punzantes. «Sí, Gonzalo tiene razón. El Ejército Real lo tiene todo, excepto el elemento más crucial: un representante. Aunque soy el miembro más fuerte del Ejército Real, todavía no soy rival para Yanet. Mmm, me pregunto cómo estará ella en estos tiempos. La extraño un poco». En cuanto llegué a la sede de la Secta de los Cuchillos Punzantes, Rosalí y las otras chicas me vieron. Entonces, Rosalí se apresuró a agarrarme de la mano.