Capítulo 244 Invitación a la ciudad
Después de recibir la orden, Verónica guio a los soldados de caballería en la oscuridad de la noche. A pesar de que todos se fueron cabalgando, quedaron alrededor de diez caballos con nosotros en el campamento. Por otro lado, el Ejército Real comenzó a cavar fosas para enterrar los cadáveres. Mientras lo hacían, nuestros soldados comenzaron a lamentarse de manera exagerada para que pareciera que se estaba llevando a cabo una ejecución.
—Es mejor morir en tu tierra que morir lejos de ella, ya están en casa —murmuré cuando me detuve a observar como enterraban los cuerpos.
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