Capítulo 80 Tú apestas

Resulta que sí conocía a esta muchacha. Era la mejor amiga de Rosalí, Quirina Leyva, que solía molestarme todo el tiempo. Quirina era una chica sin apenas sentido de la vergüenza, por lo que era capaz de congeniar con Rosalí. De hecho, me había enterado de que nunca había dejado escapar a ningún chico guapo del colegio. «¡Maldita sea! No puedo creer que nos encontremos de esta manera». Pronto pregunté: —¿Qué pasa, Quirina? ¿Dónde está este lugar?