Capítulo 318 Castigo cruel
Todo el mundo en la empresa guardó absoluto silencio al ver a Juan rodando por el suelo; la sangre chorreaba entre sus dedos. Le dije a Quirina:
—Esto no es suficiente para compensar tu sufrimiento. Toma. —Le entregué un látigo—. Pégale como te pegó a ti.
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