Capítulo 18 La decisión de Rosalí

Las Píldoras de Vitalidad se disolvieron de inmediato en mi boca y se transformaron en un poder infinito que comenzó a recorrer todo mi cuerpo a una rapidez increíble. Era como si tuviese fuerza ilimitada, ¡pero sentía un dolor insoportable en todos mis meridianos! —¡Aléjense! —grité y pateé al hombre que se encontraba más cerca de mí. Mi patada era mucho más potente y temible que antes, a tal punto que el hombre salió volando y derribó a los demás al chocar con ellos.