Capítulo 494 La visita repentina
—No, no, no es eso. Por favor, toma asiento —Ella forzó una sonrisa.
El hombre observó su entorno. Era una oficina sencilla que seguía pareciendo elegante incluso con su diseño minimalista. Aunque le pareció escaso, se alegró de ver que el despacho estaba ordenado.
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