Capítulo 34 Secuestrado
No tardó en correr tras el secuestrador, pero desafortunadamente, el hombre era muy rápido. Los zapatos de tacón alto la estorban demasiado así que los tiró a un costado y corrió descalza hacia donde estaba el hombre.
Él corría por uno de los caminos menos transitados del zoológico, el cual había sido pavimentado con grava. Para ella, la vía era muy irregular y dolorosa porque cuando corría, las rocas afiladas penetraban en las suaves plantas de sus pies. Sin embargo, siguió corriendo mientras ignoraba por completo el dolor.
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