Capítulo 46 Reunión
—Ni idea —respondió el vecino.
«¡Qué mujer tan odiosa!» Abel estaba lleno de dudas: ¿Cómo hizo Isabel para bajar de la rocalla? Además, ¿a qué se debía esa mancha de sangre? El único lugar donde podría responder sus preguntas era en Villa Las Palmas; así que, bajó las escaleras y volvió a manejar como un loco, esta vez, rumbo a casa.
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