Capítulo 131 Secuestro de Juan
Justo cuando el plumero estaba a punto de golpear a la niña, a Silvia le cayó una manzana en la cara con una precisión asombrosa. En ese momento jalaron a Nina a un lado. Silvia empezó a gotear sangre por la comisura de la boca y aulló tapándose un lado de la cara.
Recién ahí Isabel se calmó de lo ansiosa que estaba y soltó un suspiro de alivio. Maya fue la que lo hizo. En ese momento crucial, la amante de los entremeses en la familia, fue la que actuó como una heroína. ¿Quién habría imaginado que podría ser tan brillante?
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