Capítulo 60 Taekwondo
Por otro lado, en el Jardín de Infancia Grande, Juan no podía dejar de suspirar mientras cumplía con el castigo de Edgar que consistía en quedarse parado durante la clase. Le daba curiosidad saber qué podría haber hecho su hermano como para que la señorita Patricia se enfade tanto y le impusiera un castigo de seis días. Tras unos minutos de pie, levantó la mano.
—Señorita Patricia, me duelen las piernas. No puedo más —se lamentó el niño, con un gesto con el que pretendía lucir como el más desdichado en la tierra.
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