Capítulo 830 Está demasiado salado
Al consolarla, Nina comenzó a llorar, ya que también extrañaba a Isabel. Al final, las dos se abrazaron para dormir. Fue una noche larga y solitaria. Entre sollozos, Maya poco a poco volvió a quedarse dormida. Por su parte, los brazos pequeños de Nina rodeaban el cuerpo regordete de su hermana. Las dos niñas se encontraban abrazadas lastimosamente y soñaron que su mami volvía con ellos.
Al día siguiente, Juan y Edgar se levantaron y bajaron corriendo las escaleras para ver qué había de desayunar. La noche anterior, Susana les prometió que prepararía espagueti hecho a mano. Por ello, querían ver cómo sería el espagueti y si tendría el mismo sabor que el de Isabel.
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