Capítulo 129 Cogidos de la mano por accidente
A medida que el barco aminoraba su balanceo, los gritos de los usuarios fueron descendiendo de tono, hasta que la atracción se detuvo por completo. Las personas que acababan de montar descendieron de la atracción con la excitación pintada en sus rostros; la familia de Susana era parte del siguiente grupo.
A Susana le sudaban las palmas de las manos por los nervios pero no estaba dispuesta a reconocer que tenía un miedo cerval, de modo que se sentó al lado de Colin con una tensa expresión en el rostro. Podía sentir cómo su corazón martilleaba en el pecho, y todo su cuerpo estaba rígido.
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