Capítulo 34 Una carta de desafío
A mediodía, Susana llevó al Pequeño Colin a un centro comercial cercano para comer sopa de albóndigas y manitas de cerdo braseadas, algo que llevaba tiempo insistiendo en probar. Cuando terminaron aquel delicioso almuerzo, regresaron a la oficina, donde Colin se quedó rápidamente adormilado.
Cuando Susana entró en el edificio llevando a su hijo en brazos, se tropezó con Lina. En ese momento, todo su cuerpo se tensó, pues estaba a la espera de una confrontación directa; después de todo, llevar a su hijo al trabajo no era muy profesional, así que Susana pensó que Lisandra no desaprovecharía la oportunidad de afearle su comportamiento. Sin embargo, en aquella ocasión, la otra mujer le lanzó una larga mirada al niño pero no dijo nada. Aun así, su actitud fría consiguió que Susana se sintiera incómoda de todas formas.
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